Si, el viaje se termino. Los doce dias mas rápidos de mi
vida, todavía no puedo borrar mi emocion al subir a ese colectivo, colectivo
que iba a marcar el comienzo de mi sueño que por fin se estaba cumpliendo,
desde ese minuto que conoci Bariloche sabia que era mágico se sentia en el
aire, a partir de que deje la valija en la 601 los dias pasaron volando desde
conocer el primer boliche hasta el ultimo, intentas con todas tus fuerzas que
el tiempo no pase pero es imposible cuando disfrutas algo se pasa volando, nada
tiene sentido es todo fiesta, tus coordinadores se hacen tus “hermanos” son
prácticamente unos compañeros mas con la diferencia que te despiertan a los
gritos, los acompañantes otros compañeros mas. Las excursiones eran llenas de
adrenalina, conocer cosas nuevas todos los dias, no tenias tiempo para nada y
te acostumbrabas a dormir cada vez menos. Entre foto y foto te ibas dando
cuenta que el tiempo de tu viaje de egresados se acababa, pero no te importaba
hasta el ultimo segundo la ibas a pasar bomba. Genux, ByPass, Grisú, Rocket y
Cerebro cinco nombres que nunca te vas a olvidar, y llego la última noche la
cena de velas ahí comienza la despedida oficial y viene ese momento que miras a
tu alrededor y ves a tus compañeros con los que pasaste estos días y pensas
“como los voy a extrañar” y te sale ese abrazo que no queres que termine mas,
seguro te sale el “vamos a volver” pero sabes que no, no vas a volver por lo
menos no de esta forma con toda tu juventud y tus ganas, ves el mural y se te
llenan los ojos de lagrimas porque miles de recuerdos vienen a tu cabeza, te
aseguro que ninguno feo, y así la última noche de boliche disfrutándola como
ninguna hasta que te acordas que tenes que armar la valija, te despedís de ese
boliche, y en el trayecto hasta el hotel vas cayendo que se termina todo, armas
la valija tratando de no olvidarte nada y escuchas a tu coordinador que dice
“chicos bajen las valijas” despidiéndote de esa habitación que vivió con vos
tantas cosas bajas, llego el momento de volver al micro pero esta vez con una
mochila de recuerdos y mucha nostalgia, ya nada es igual no esta la pelea por
los asientos y la emoción que antes había te sentas y dormis, y el viaje que
antes parecía interminable se hace rápido y silencioso. Alguno canta “Bariloche
boton te pasaste volando la puta madre que lo pario” y si, se pasa rápido
porque cuando uno disfruta las cosas se hacen cortas. Llegás a tu provincia y
al despedirte de tu coordinador te das cuenta que capaz no lo veas mas, y ese
“hermano” queda en tu recuerdo, pero no podes cambiar las cosas… ves a tu
familia que sabes que no extrañaste porque en Barilo no tenes tiempo ni de
extrañar, y vas a tu casa te preguntan pero ellos no entienden, de seguro dicen
es un viaje mas pero no, no es un viaje es una experiencia de vida que te marco
y mucho…